Aunque también podría haberse titulado la presente entrada como “Facta non verba”.
La mayoría de nosotros estamos consumiendo habitualmente contenidos aleatorios en internet, que tratan temas tan interesantes como el crecimiento personal, mejora de imagen o aspecto físico y la favorita; educación financiera.
Destacando que buena parte de esos contenidos, en especial los relativos a educación financiera, ignoran el mayor de los activos, el tiempo.
Existe una alternativa más efectiva y algo menos compleja, para fomentar ese crecimiento personal y es tan simple como recordar situaciones a las que no se desea regresar, el cerebro hará el resto.
Pudiendo considerarse que cualquier persona ha entrado ya en fase de evolución o del tan mencionado crecimiento, cuando ha tomado el control y en consecuencia gestiona de forma correcta su mayor activo, no tolerando corresponderse a zonas grises o estar continuamente resolviendo enigmas.
En resumen y entrados en materia, puede ya considerarse bienes de alto valor en la actualidad del s. XXI, el “tiempo” y “las palabras que van acompañadas de acciones”. Si tienes la fortuna de haber dado con un selecto grupo así en el mundo de las relaciones laborales, pareja, amistades, familia, se puede considerar que ya has alcanzado la máxima expresión, de lo que se puede esperar de cualquier sana relación bilateral.
Si por el contrario te encuentras en el camino y no sabes cómo llegar al “Paradise”, un buen comienzo para alcanzar ese nivel puede ser aplicándolo en el máximo de áreas posibles, detectando como y cuando tomar distancia, dónde solo residen las palabras, palmadas en la espalda, el puro teatro o todas juntas.
Las imitaciones seguirán existiendo, pero lo genuino aún pertenece a los grupos de alto valor o, dicho de otra forma, a todo aquello que es escaso y no se encuentra a la venta.
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